Desde una nueva visión educativa, yoga es una educación total de la persona en todos sus aspectos físicos, psíquicos y espirituales. Y la gestión emocional (eje que vertebra nuestra vida), es clave.
Las emociones tienen un impacto directo en nuestra salud física, mental, social…etc,.La experiencia del yoga proporciona la posibilidad de conectar con esas emociones, aceptarlas y gestionarlas con ayuda del guía y de la predisposición y acción del niño/a yogui.
La base para poder realizar una gestión emocional de calidad, se hace real y palpable en un espacio donde aprendemos a no ser juzgados por nuestros sentimientos y acciones, sintiéndonos libres al expresar lo que nos preocupa, alegra, entristece, aterroriza, avergüenza, admiramos, amamos….
Lxs yoguis desde el primer momento se muestran comprometidos con el proceso, trabajando en conjunto a través de valores y actitudes como: la compasión, empatía, el esfuerzo, la humildad y el empoderamiento personal.
Aprender a ser conscientes de nuestras emociones, de lo que sentimos en cada momento y poder transformarlo… es esencialmente yoga. Es vivir la unión de la parte física, psíquica, espiritual…en un todo.
Qué bonito es poder ver y compartir cómo los yoguis empiezan a hablar de sentimientos y emociones con naturalidad, sin miedo a ser etiquetados… desde la base.
Os dejo una foto maravillosa del comienzo de curso que representa uno de estos momentos. Trabajamos en empoderar y no avergonzarnos por expresar en voz alta lo que sentimos, aprendiendo a comunicar de forma respetuosa hacia uno mismo y hacia los demás.
¡Qué grandes guerreros pacíficos se están formando!
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