Durante muchos años caminé como una zombie por la vida, sin parar, sin prestar atención a lo que realmente sentía en mis entrañas. Así pasó, que mi cuerpo encontró diferentes formas de hablarme y de expresarme que era momento de hacer una pausa, de escucharme, porque estaba evitando hacerlo.
La vida es así, o aprendes a parar y a escuchar, o ella se asegura de que lo hagas.
En cada pausa existe un propósito y, el mayor de todos, es averiguar quién eres y cuál es tu por qué. ¿Cuál es tu propósito de vida? ¿Qué es aquello que amas hacer? ¿Cuál es tu para qué?
Estas preguntas no son fáciles de responder, porque requieren transitar un proceso de autoconocimiento personal y transpersonal importante, con un amplio desarrollo de la conciencia. Además, como todo lo que es realmente bueno en la vida, necesita su propio tiempo y energía.
Ahora, eso sí, cuando conectas con ello, todo se llena de sentido. Todo fluye.
¿Qué pasos son indispensables en este proceso?

1. Conócete
Abrirse a conocerse y a reconocerse a uno mismo, es uno de los grandes caminos a recorrer porque dura toda una vida. Conocerse implica mirarse con aceptación, abrazando todas tus partes y trabajando aquellas que necesitas desarrollar, evolucionar o, simplemente, dejar de utilizarlas porque ya no te sirven. Conocerse implica poner conciencia en uno mismo.
Para conocerte, puedes empezar bajando el volumen de tu mente y subiendo el de tu cuerpo. El cuerpo es quien tiene las respuestas que tanto buscas. También puedes comenzar un proceso de acompañamiento personal (terapéutico o no) para conocer cuáles son tus creencias, tus patrones, para observarte sin juzgar… Siempre sin juzgar.
2. Permítete ser una persona auténtica
Una vez que empiezas a conocerte, prueba a mostrarte como eres. Lo bonito de la vida es vivirla sin máscaras; no naciste de un molde. Mostrar quién eres es vivir con coherencia, dejando de interpretar papeles que te desconectan de ti mismo, de la vida.
Te invito a valorar la belleza de tus vulnerabilidades (son tus fortalezas), porque aquello que te hace diferente, se trata de tu esencia.
3. Asume tu propia responsabilidad
La frase ‘es que yo soy así’, constituye una de las mayores losas del desarrollo humano.
Cuando asumes tu responsabilidad, dejas de huir de aquello que te hace sentir malestar e incomodidad y lo afrontas. Dejas de culpar, de señalar de forma externa y decides tomar conciencia y acción sobre aquello que te incomoda dentro de ti. Ser responsable, te permite mantener el foco.
4. Construye verdaderas relaciones con las personas
Como seres sociales, formamos parte de diferentes grupos con los que establecemos relaciones personales, pero, a medida que cambiamos, estas relaciones no cambian con nosotros. ¿Cuántas personas de tu entorno apoyan tu crecimiento? ¿con cuántas personas de tu entorno tienes una conexión real? No se trata de eliminar a aquellas viejas amistades (solo si es necesario), el objetivo es aportar coherencia a tu vida, organizando las prioridades.
5. El miedo forma parte del camino
Es común tener miedo cuando se empieza en algo nuevo, pero no permitas que te engañen, no existe nada estable ni nada permanente en esta vida. Darte la oportunidad de dar el paso y ver qué pasa si lo intentas, ya es un éxito. Hay personas que en su tránsito por la vida, jamás se lo permitirán.
Esto no quiere decir que las cosas vayan a ser como esperas desde el primer momento; todo es un camino, es TU camino, y tendrás que hacer modificaciones en función de las diferentes experiencias que vivas. A cada persona le funciona una estrategia diferente porque, vuelvo a repetir, cada persona es distinta y el contexto en el que vive, también lo es.
No te estoy invitando a dejar tu trabajo de golpe y,mucho menos, sin un plan acción. Sólamente quiero transmitirte que siempre hay opciones: puedes combinar tu trabajo fijo con tu proyecto hasta que sientas que puedes volar, puedes arriegaste por una oportunidad que ya tengas frente a ti…Tómate tu tiempo para saber cuál es tu propósito y cuál es la mejor manera para ti de llevarlo a cabo.
6. Acompañar a personas en su propósito
Cuando a acompañas y te rodeas de personas que viven con propósito y de su propósito, se convierten en una enorme fuente de inspiración. Hace poco, una de ellas de me regaló un Daruma (pincha aquí si quieres hacerte con uno), un amuleto japonés conocido como ‘el amuleto de los propósitos’.

No, no se trata de comprarlo y ponerlo en una estantería esperando a que te dé suerte. Por el contrario, el Daruma te obliga a construir tu propia suerte para alcanzar los objetivos que te has propuesto con determinación y persistencia. Es como un recordatorio.
Los ojos, vienen sin pintar, porque se trata de que tú pintes uno (representación de tu objetivo) y, sólo cuando lo consigues, debes pintar el otro para dar por concluido ese ciclo. Este proceso, motiva y aporta fuerza para conseguirlo, porque cuando ves al daruma con un solo ojo pintado, te acuerdas de tu objetivo y sientes la necesidad de seguir trabajando por ello. Sientas esa sensación de inacabado. Te invito a probarlo y a compartir tus experiencias en esta comunidad.
¿En qué situación estás? ¿Vives con propósito o te gustaría iniciarte en ello?
Recuerda que, si quieres comenzar ese viaje de autoconocimiento personal, tienes en mi web dos cursos de mindfulness que puedes realizar a tu ritmo, sin necesidad de conocimientos previos.
Sencillamente excelente, excelentemente genial. Maravilloso artículo. Enhorabuena!!!
Muchas gracias, Azucena. Me alegra enormemente que lo hayas disfrutado. ¿Cuál es tu propósito? Un abrazo.