Una gran cantidad de familias y profesionales de la educación a menudo creen que el “fracaso escolar” de un niño/a es sinónimo de poca inteligencia por parte del mismo/a. Esto constituye un concepto erróneo y devastador para la autoestima del alumno/a, ya que en lugar de ser motivado a través de sus fortalezas para desarrollar y trabajar en sus “debilidades”, se crea a raíz de este concepto un estado de desgana, es decir, de baja autoestima que obstaculiza su propio proceso de aprendizaje, creando finalmente un concepto injusto e infundado sobre sí mismo. En este punto, podríamos preguntarnos, ¿por qué se hace responsable al alumno/a del “fracaso escolar”? ¿por qué se identifica y relaciona este término con el concepto de inteligencia? ¿se puede enseñar y crear ambientes de aprendizaje sin saber cómo funciona el cerebro?
Howard Gardner (1987) aboga por un modelo que no concibe la existencia de una única inteligencia general y unitaria, puesto que de ser así no se captaría la enorme complejidad de la mente humana. Define la inteligencia como la capacidad de resolver problemas (de adaptarse a un entorno) y de crear productos que tengan un valor cultural. Así establece que todos/as poseemos ocho inteligencias, pudiendo desarrollar la mayoría de las personas cada inteligencia hasta alcanzar un nivel adecuado de competencia debido a la neuroplasticidad cerebral.
El fracaso escolar es el producto de apostar por la creencia de que todas las mentes son estandarizadas.
Isabel Bersabé
Como se puede constatar, existen muchas maneras de ser inteligente y la Inteligencia Intrapersonal (acceso a la propia vida interior y capacidad de distinguir las emociones; conciencia de los puntos fuertes y débiles propios) e Interpersonal (capacidad de discernir y responder adecuadamente a los estados de ánimo, los temperamentos, las motivaciones y los deseos de los demás), no se pueden obviar dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un adecuado acompañamiento emocional es necesario a la par que vital para conseguir llegar a ser en un futuro adultos/as sanos.
Existen tests adaptados a las diferentes edades (desde primaria hasta la edad adulta) para determinar cuáles son nuestras fortalezas y cuáles nuestras debilidades. Para el educador/a es fundamental saber esta información con el fin de adaptar los proyectos y actividades al propio estilo de aprendizaje de cada alumno/a. No olvidemos que somos neurodiversos/as y que cada persona tiene una forma de aprender.
Motivos para aplicar la teoría de las inteligencias múltiples
A menudo escucho frases de mis alumnos en mis talleres como “yo es que soy muy torpe en esto”, “no soy muy listo porque no se me da bien estudiar”… y mientras enuncian y comparten esta frase en voz alta con el resto de sus compañeros bajan la mirada hacia el suelo como si tuvieran algo de lo que avergonzarse. En este punto, surge en mí la siguiente reflexión: ¿en qué momento dejamos que pensaran y adoptaran la creencia acerca de que ellos no “valían” para hacer algo, adoptando etiquetas negativas para la construcción de su autoconcepto y por tanto de su personalidad?. Somos los docentes junto las familias, los responsables de tomar medidas si necesitamos un cambio de rumbo.
No se trata de que el alumno se adapte a nuestra manera de enseñar, de inspirar, de motivar o de alentar. Se trata de adaptar nuestro estilo educativo y personal de forma camaleónica a la diversidad de cada alumno, porque cada ser es neurodiverso. Cada cerebro es único e independiente al resto y sería irrespetuoso no reconocer la individualidad de cada persona.
Debemos darnos cuenta que no podemos construir en deficiencias, solo en fortalezas. No podemos ayudar a nuestros niños -ni a nadie- a tener fe en ellos mismos mientras nosotros no tengamos fe en ellos.
R. Dreikurs
Es cierto que hay que invertir una mayor cantidad de esfuerzo, y en este momento te invito a que reflexiones: ¿acaso no haríamos lo que estuviera en nuestras manos si supiéramos con certeza que conseguiríamos que nuestros alumnos llegaran a aceptarse y a quererse tal y como son ( o al menos a estar más cerca de ello)?, ¿a que encuentren lo que de verdad quieren ser en la vida? Hallaríamos alumnos motivados en el aula, en un ambiente positivo e inspirador. ¿Acaso no invertimos una mayor energía y esfuerzo a lo largo de nuestra vida docente en intentar estandarizar sus mentes?
Tras esta reflexión, para ahondar un poquito más en el conocimiento de las inteligencias múltiples, os dejo un breve resumen de cada una de ellas. En futuros posts, seguiremos indagando en este tema, ofreciendo herramientas prácticas para poder adaptar los contenidos a sus maravillosas mentes.
Agradecería comentarios, aportaciones y reflexiones acerca de este tema.
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