La inteligencia emocional es un componente clave de nuestra receta personal para poder desenvolvernos en sociedad. Según la teoría de las inteligencias múltiples, la inteligencia emocional es considerada como el resultado de la suma de la inteligencia intrapersonal (corresponde a la relación que forjamos con nosotros mismos) y de la inteligencia interpersonal (se refiere a la relación que creamos y establecemos con otras personas, donde prima la empatía). Por tanto, se puede decir que al invertir en el desarrollo de la inteligencia emocional a su vez lo estamos haciendo en 2 de las 8 inteligencias múltiples que poseemos.
Poder dedicar tiempo de calidad a esta inteligencia en la infancia es clave para un desarrollo saludable en el niño, dado que incide directamente a nivel físico, mental y social. ¿Qué podemos hacer?
- En primer lugar, aprovechar y ver cada situación de conflicto como una oportunidad para poder ofrecer un modelo adecuado de gestión emocional y de solución de problemas. Como ya sabemos, los niños no aprenden lo que les decimos, nos aprenden a nosotros.
- A continuación, es importante validar las emociones y sentimientos que está experimentando el/la niño/a. Se sentirá tenido en cuenta y además, le ayudará a crear un patrón de gestión emocional que le permita utilizarlo en un futuro, siendo él/ella quien valide las emociones de los demás. Así, comenzará a desarrollar la empatía.
- Aprovecha esta oportunidad para ofrecer un mensaje que capacite y empodere, transmitido de forma firme y amable ( como se comunica siempre en disciplina positiva). Evita utilizar el por qué y en su lugar, emplea el “qué” y el “cómo”.
- Por ejemplo, si el/la niño/a ha manifestado una actitud violenta (ha empujado) y acto seguido se ha tirado a suelo dando lugar a una rabieta, lo primero que debemos hacer es no dejarle solo/a. Nosotros somos sus guías y nos necesita para gestionar esa emoción, ofreciéndole herramientas que le permitan calmarse. Una vez calmado/a conectaremos con él/ella validando sus emociones (diciéndole “sé que estás enfadadx, triste…”) y acto seguido le podemos preguntar: ¿Qué crees que pasará si continúas tratando a tus amigos/hermanos de esa manera?. Además de la forma en la que comunicamos, firme y amable, es importante ponernos al mismo nivel de su estatura.
Es necesario promover oportunidades de reflexión en la infancia que permita a lxs niñxs focalizar en la solución y no en el problema. De esta manera fomentaremos la capacidad de resiliencia, entendida como la habilidad para afrontar las adversidades de la vida saliendo fortalecidx de ellas.
¿Qué otros recursos podemos utilizar para desarrollar la inteligencia emocional?
- Crear y utilizar el espacio fuera positivo.
- Fabricar y usar una rueda de identificación y gestión emocional.
- Existen diferentes tipos de juegos que invitan a expresar y a desarrollar esta inteligencia. Ikonikus es muy recomendable a partir de 7 años.
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