Existen diferentes definiciones de autocompasión. A menudo podemos encontrar referencias a ella como: “experimentar pena hacia unx mismx”. Ésta, es una acepción errónea del término. La autocompasión dista mucho de esa descripción con base victimista; se define como el sentimiento de empatía y de comprensión profunda hacia unx mismx con respecto a la situación vivida. En definitiva, se trata de aprender a tratarnos bien.
Es una herramienta muy dura y difícil de integrar, puesto que generalmente se suele ser generosamente empáticx con las demás personas de nuestro entorno. Sin embargo, cuando se trata de unx mismx – ya se sabe que la mente es nuestra peor enemiga-, mostrar esa actitud de comprensión profunda no es tan fácil. La mente es experta en recordarnos lo negativo (es lo que primero tiene a mano), emitiendo juicios de valor muy poco realistas…, todo ello sin tener en cuenta que podamos sufrir un secuestro emocional por el sistema límbico, nuestra parte emocional.
Cuando nos encontremos ante una situación adversa que nos genere malestar, lo primero que se debe hacer es parar, respirar y poco a poco procurar tomar el control. Si consideramos que no podemos hacerlo solos, pedir ayuda es la clave. Ayudar a lxs demás es tan importante como dejarse ayudar.
¿Qué podemos hacer? ¿Por dónde comenzar? Te propongo una serie de prácticas para iniciarnos en la adquisición de esta maravillosa herramienta:
1. Practica el perdón
El perdón es una práctica muy importante no sólo hacia los demás, sino hacia unx mismx. Aceptar que somos humanos y podemos errar, es el primer paso. Es importante trabajar en desmontar la creencia de concebir el error como algo negativo. Ten en cuenta que sin su existencia no podríamos aprender, crecer, ni evolucionar.
Aferrarse a un estado de perfección constante no es sano ni real. Por ello, acepta que no somos perfectos, no te fustigues, perdónate y aprovecha la oportunidad para reflexionar en las cosas que puedes hacer mejor para cambiar ese resultado en un futuro. Es el momento idóneo para aprender a construir un mejor versión de ti mismx.
Escribe una carta de perdón si es necesario, hablándote en tercera persona. Después decide lo que quieres hacer con ella. Si tu elección es soltarla y deshacerte de ella, también es importante pensar en cómo quieres hacerlo.
2. Sé agradecida
La gratitud es una herramienta que se debe utilizar a diario. Puesto que con una práctica constante se fomenta el optimismo y la capacidad de encontrar aspectos positivos en el día. Antes de acostarte, recuerda a tu mente 3 cosas positivas por la que estás agradecidx.
Simplemente enfócate en la belleza de la vida y comenzarás a disfrutarla más. Te dará ánimo y fuerza para continuar.
3. Pon en marcha la generosidad
La generosidad no solo es ayudar a proveer a las personas que lo necesitan de comida, ropa …, la generosidad también es de pensamientos y de ideas.
“Cuando tú estés todo lo demás estará”, es una cita muy valiosa y con un gran peso real. Si no somos generosos con nosotros mismos en actitud y dedicándonos el tiempo que necesitamos resultaría en una falta de autoestima y de amor propio. Por tanto, al fomentarlo, fortaleceremos la actitud y el amor hacia nuestra persona.
De forma paulatina, iré subiendo más prácticas para desarrollar la autocompasión, que ayuden a fomentar el cambio en la manera de pensar y de ver las diversas experiencias que nos acontencen en la vida.
Deja una respuesta